MEDIUMNIDAD Y MEDIUM



Dante López
Presidente de la Confederación Espírita Panamericana.




Mediumnidad es la facultad que tiene una persona para relacionar el plano de los Espíritus encarnados con el de los Espíritus desencarnados.
Médium es la persona que posee esta facultad.
Hecha esta aclaración que parece obvia, nos referiremos a la necesidad de profundizar en este concepto tanto entre los Médiums como entre los responsables de conducirlos. Ponemos en estos términos la cuestión porque estamos convencidos que la facultad mediúmnica debe ser objeto de un profundo estudio y preparación antes de ser utilizada para su objetivo principal: ser un intermediario útil entre los dos planos.
Cualquiera sea la capacidad mediúmnica, la experiencia demuestra que siempre tiene mejores resultados cuando es conducida y contenida por un grupo de trabajo, porque este equipo que conforma la sesión mediúmnica puede ser un verdadero laboratorio de trabajo y producir increíbles resultados si se lo organiza convenientemente.
Nos hemos referido en otra oportunidad a la necesidad de la armonía entre sus integrantes. Uno de los puntos más importantes a tener en cuenta es el desarrollo de la facultad, que debe ser conducida por una persona que posea los conocimientos necesarios. Pero es más que importante que la persona que posea esta facultad sea consciente de su responsabilidad, no confundiéndose con ella. Si persona y facultad se confunden es altamente probable que el ego de la persona termine interfiriendo en los mensajes.
El médium ante todo es persona y necesita cumplir con los requisitos necesarios para ejercer su facultad. Para un buen rendimiento de su mediumnidad es importante que adquiera conocimientos doctrinarios espíritas, que trabaje en la identificación de sus capacidades y sus limitaciones y que tenga una buena predisposición a ser conducido ya desde el desarrollo para evitar que su propio espíritu sea el que conduzca y contamine el mensaje mediúmnico.
Es bastante común encontrar personas que están honestamente convencidas que ante todo son médiums y ése es el primer indicio de una disfuncionalidad. Es parte fundamental del desarrollo mediúmnico lograr esta separación e incorporarla en la conducta del médium. Una parte importante del ejercicio de formación del médium es disciplinar su facultad para que sólo se manifieste en el ámbito de trabajo de la sesión mediúmnica y no permitir que las manifestaciones tengan lugar en cualquier momento.
Esta actitud requiere de un esfuerzo importante de la persona, ya que debe contener la manifestación hasta lograr controlarla, pero luego la satisfacción será muy importante, cuando los resultados aparezcan y la mediumnidad cumpla con su objetivo de ser una herramienta eficaz y útil para sí y para otros espíritus, encarnados y desencarnados.
No hay dos facultades iguales, como no hay dos personas iguales, por lo tanto no hay recetas. Releer el Libro de los Médiums y todo el material que se ha producido en los Congresos de CEPA al respecto servirá para profundizar en este y otros temas necesarios.
.